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Al teniente John Boyd ( Guy Pierce [ 5 de octubre de 1967 ] le dan una condecoracion por su muestra de valentìa en la guerra entre Estados Unidos y Mexico, pero como la realidad fue bastante diferente, le envian, en plan de exilio, al fuerte Spencer, un lugar olvidado de Dios en las Sierras Nevadas. En el fuerte Spencer, Boyd se une a un grupo de valientes soldados y en breve, este grupo de valeroso hombres, conoceran al desvalido señor Colqhoun ( Robert Carlyle ).
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La nieve como unico paisaje para un hombre que ha de expiar un unico pecado: la cobardia. El deseo de sobrevivir a toda costa ante esa locura que es la guerra, cargando con una medalla a la valentia cuando no hubo nada de la misma. Falta de valor, horror y tormento; y a Guy Pierce la interpretacion de atormentado lo encuentra bastante bien, tal es asi que no puede comer junto a sus camaradas un buen bistec, sin levantarse de la mesa para ir a vomitar sus propias tripas, ante el recuerdo de haber estado enterrado entre soldados cosidos a balazos y una culpa que no le deja en paz; sin embargo, a Boyd el destino no querra dejarle tranquilo y en su camino le pondra al terrible Colqhoun o luego tambien conocido como el teniente Ives, un pobre hombre que tuvo que pasar por terribles penurias, y que guarda con él un secreto: luego de conocer el mito del terrible wendigo, comer carne humana por sus propiedes curativas le encanta; a lo largo del film, interpretando al peligroso canibal, Carlyle esta soberbio, esa imagen de hombre alocado da un efecto de miedo, como ejemplo, el instante en que, en medio del bosque, se prepara para comerse a los soldados, o bien cuando deja de ser Colqhoun y pasa a ser el coronel Ives. Jeffery Jones ( 28 de septiembre de 1946 ), tambien hace su aporte, como ese coronel Hart, miltar erudito que pasa sus largas horas leyendo textos en su idioma original y que como tiene un gran corazon, resulta ser un buen amigo para el alma torturada de Boyd.
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Pieza de terror que sabra invitar al espectador a adentrarse a una clase de mundo en el cual pululan monstruos visibles e invisibles, que hara pasar un buen rato de tension y, que, ademas de metaforas sobre la voracidad del hombre contra el hombre, contiene una buena dosis de hemoglobina, para aquellos gustadores de la misma. Una vez terminado el espectaculo, quizas, haya algun que otro espectador, que termine quedando con cierta clase de apetito que hasta entonces desconocia que tuviera.