A Song for Tomorrow, del año 1948, fue la opera prima del gran Terence Fisher ( 23 de febrero de 1904 - 18 de junio de 1980 ); en este film aparecio, quien años mas tarde lo interpretaria al sangriento conde Dracula: Christopher Lee. En el año de 1966, no solo estuvo en cine: Dracula: Prince of Darkness, sino que ademas aparecio otra obra de Fisher: Island of Terror.
En la remota isla de Petrie unos cientificos estan en la busqueda de la cura para el cancer, lamentablemente algo sale mal y como resultado del trabajo de estos nobles hombres queda una criatura que se alimenta de los huesos del cuerpo, dejando a la victima como si fuera gelatina. Por suerte el doctor de la isla recibira la ayuda del doctor Brian Stanley ( Peter Cushing - 26 de mayo de 1913 - ) y el doctor David West ( Edward Judd ).
Con la cura para el cancer como punto de partida se tiene aqui un film que no pretende ser mas de lo que es, o sea, un film de monstruos de ciencia ficcion que entretiene, el cual, a pesar de ser de bajo prersupuesto y tener unos efectos especiales modestos, sale bien parado. Con la dupla: Fisher + Cushing no hay resistencia posible; por un lado, la magistral habilidad de un director que tiene una estetica visual impresionante, otorgandole al film unas buenas dosis de suspenso y haciendo que el espectador se sienta a gusto; por otro lado, en la parte actoral, esta Peter Cushing, todo un caballero ingles, un actor de metodo fino, al cual siempre da placer verlo, aqui da vida a un patologo y en cada una de sus escenas esta soberbio: buscando la puerta de entrada de una casa sin luz con solo una linterna y llevandose por delante a una de las victimas de esas terribles criaturas, la escena del sotano sosteniendo el hacha, o estudiando unos papeles en donde podria encontarase la solucion al problema. Los monstruos amorfos no son lo mas optimo, pero Peter se encarga de hacerlos lucir veridicamente peligrosos.
Fisher junto con Cushing, dejan la sensacion de querer compartir, por mas peligrosa que sea, esta aventura y hacen pasar un rato de lo mas ameno; un clasico menor, pero que bien vale la pena ver y disfrutar.
En la remota isla de Petrie unos cientificos estan en la busqueda de la cura para el cancer, lamentablemente algo sale mal y como resultado del trabajo de estos nobles hombres queda una criatura que se alimenta de los huesos del cuerpo, dejando a la victima como si fuera gelatina. Por suerte el doctor de la isla recibira la ayuda del doctor Brian Stanley ( Peter Cushing - 26 de mayo de 1913 - ) y el doctor David West ( Edward Judd ).
Con la cura para el cancer como punto de partida se tiene aqui un film que no pretende ser mas de lo que es, o sea, un film de monstruos de ciencia ficcion que entretiene, el cual, a pesar de ser de bajo prersupuesto y tener unos efectos especiales modestos, sale bien parado. Con la dupla: Fisher + Cushing no hay resistencia posible; por un lado, la magistral habilidad de un director que tiene una estetica visual impresionante, otorgandole al film unas buenas dosis de suspenso y haciendo que el espectador se sienta a gusto; por otro lado, en la parte actoral, esta Peter Cushing, todo un caballero ingles, un actor de metodo fino, al cual siempre da placer verlo, aqui da vida a un patologo y en cada una de sus escenas esta soberbio: buscando la puerta de entrada de una casa sin luz con solo una linterna y llevandose por delante a una de las victimas de esas terribles criaturas, la escena del sotano sosteniendo el hacha, o estudiando unos papeles en donde podria encontarase la solucion al problema. Los monstruos amorfos no son lo mas optimo, pero Peter se encarga de hacerlos lucir veridicamente peligrosos.
Fisher junto con Cushing, dejan la sensacion de querer compartir, por mas peligrosa que sea, esta aventura y hacen pasar un rato de lo mas ameno; un clasico menor, pero que bien vale la pena ver y disfrutar.