A alguien dentro la famosa editorial Random House se le ocurrio un buen dia de que la actriz Joan Collins podria escribir dos novelas y fue entonces que...; entre el actor David Niven y Samuel Goldwyn hubo algunas fricciones que terminaron en... A continuacion Collins y Nivens en Vidas de Cine:
Joan Collins se vio metida en un proceso judicial de lo mas absurdo. Todo empezo en 1990, poco despues de que la popular actriz britanica acabara de dejar la famosa serie Dinastia ( 1981 - 1989 ). La reputada editorial Random House le habia ofrecido escribir dos novelas a cambio de un generoso salario de cuatro millones de dolares, de los cuales cobro, 1.3 millones en concepto de adelanto. Dentro de los plazos previstos, Collins entrego a Random dos originales, titulados: " The Ruling Passion " y " Hell Hath No Fury ". La editorial considero que eran dos bodrios impublicables y demandaron a Collins por incumplimiento de contrato, reclamandole la devolucion del dinero cobrado y añadiendo, con bastante ironia, que habian desembolsado esa cantidad a cambio de dos novelas escritas "en ingles ". La actriz, que ya habia escrito y publicado otras novelas, alguna de ellas con notable exito de ventas, contesto a la demanda reclamando a su vez los 2.7 millones de dolares que le faltaban por cobrar, alegando que en su contrato con Random tan solo se especificaba que debia entregar dos originales, cosa que habia hecho, pero lo acordado no contenia la menor especificacion sobre la calidad de su trabajo. " Nadie puso una pistola en la cabeza de Random House para que me pagaran cuatro millones de dolares ", declararia. " y yo hice lo que se suponia que tenia que hacer ". Finalmente, Collins fue llevada a juicio, y si bien reconocio que ella no tenia ningun talento especial como escritora, sostuvo hasta el final que no habia hecho otra cosa que cumplir con el contrato. Ademas, añadio, a esas alturas ya se habia gastado todo el adelanto...: " Un millon de dolares parece mucho, pero, en realidad, no da para gran cosa ", concluyó. El jurado le dio la razón en parte, negando su derecho a cobrar el ersto de la cantidad pero aceptando su derecho a no devolver el adelanto pactado.
David Niven tuvo un violento enfrentamiento con el productor Samuel Goldwyn, que acabo con su despido de la Metro. La principal razón era que, en virtud de su contrato con Metro, Niven tenía que aceptar cuantas peliculas le ofrecieran y hacerlas dondequiera que se hicieran. Las fricciones empezaron el día que Goldwyn citó a Niven en su despacho y le dijo que tenia que viajar de inmediato a Inglaterra para protagonizar " El Libertador " ( 1950 ), una nueva version del clásico aventurero " La Pimpinela Escarlata " que iban a dirigir los prestigiosos Michael Powell y Emeric Pressburger. " Acabo de firmar con ( el productor y director ) Alexander Korda para que interprete usted " El Libertador ". El rodaje durara seis meses ". El actor le contesto a Goldwyn que, si bien no le importaba hacer cualquier film en cualquier lugar, tal y como establecia su contrato, le suplicaba que a poder ser sus siguientes trabajos fuesen en Hollywood durante una temporada, dado que acababa de regresar de otro rodaje en el extranjero y estaba agotado. Segun Niven el asunto continuo en la suiguiente forma: " Entonces comenzaron los gritos. Goldwyn me recordó que me habia recogido del arroyo, cuando yo no era nadie, para darme la primera oportunidad... Sí, era cierto. Pero yo le contesté que él cobraba unas sumas formidables cada vez que me prestaba a otro productor, por lo que había saldado cien mil veces la deuda... Lo cual tambien era cierto ". A pesar de todo, y dada su, en aquel momento, precaria situacion economica, Niven acepto la oferta de Goldwyn y se fue a Inglaterra a hacer " El Libertador ". De vuelta a los Estados Unidos, y harto del trato del productor de la Metro, pidió una cita con Goldwyn para rescindir su contrato. Niven le dijo a Goldwyn: " Bueno, parece que tenemos serias divergencias... Mi contrato aun no ha terminado, quedan todavia dos años, pero considero aceptable anularlo ya ", y sin mas dilacion, Goldwyn pulso el boton del intercomunicador y dijo: " Prepare la liquidacion del Sr. Niven. Su contrato ha terminado ".